El presupuesto participativo es una de las formas más populares de consulta ciudadana. Más que una palabra de moda, la herramienta es utilizada por los cargos electos que quieren hacer más accesible y transparente la gobernanza pública. Lejos de aplicar una fórmula genérica, cada comunidad crea su propio proceso basándose en su propia realidad.

CitizenLab ayuda a los cargos electos y a su administración en el estimulante proceso de crear y aplicar su presupuesto participativo personalizado. Este artículo pretende presentar tres recetas diferentes para inspirar futuros proyectos.

Peñalolen lanza un presupuesto participativo para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos

Proyecto | Peñalolén (241.599 habitantes), una comuna chilena de la provincia de Santiago, lanzó su presupuesto participativo en 2019. El enfoque principal de este proyecto fue involucrar a la comunidad en ideas para mejorar la infraestructura y los espacios públicos, con un énfasis particular en la seguridad, la accesibilidad y la integración intergeneracional. Se invitó a los residentes a sugerir ideas y votar por los proyectos que querían implementar. Peñalolén liberó un presupuesto total de 500.000.000 de pesos chilenos (equivalente a unos 662.515 dólares) para ser distribuido por la comunidad. El municipio estableció algunas reglas básicas. La suma total tiene que financiar al menos diez iniciativas, dando a cada propuesta un presupuesto máximo disponible de 50.000.000 de dólares (equivalente a unos 66.251 dólares). El presupuesto también tiene que repartirse de forma equitativa, recibiendo los fondos las dos ideas más populares de cada macrosector (barrio). El ayuntamiento aprobará entonces la suma total y ratificará las propuestas ganadoras.

Ideas populares en la plataforma Peñalolén

Resultado | El proyecto de presupuestos participativos duró desde agosto de 2019 hasta abril de 2020. Durante este tiempo, 24.450 ciudadanos se registraron en la plataforma online. El proyecto alcanzó una tasa de participación del 10,10%. Los votos se repartieron de forma relativamente uniforme, ya que las iniciativas se centraron en soluciones en diferentes áreas. A partir de los resultados de esta votación, Peñalolén seleccionó diez proyectos comunitarios repartidos por los barrios para recibir financiamiento municipal.

Arlon, un presupuesto participativo para el Desarrollo Sostenible

Proyecto | Los cargos electos de la ciudad de Arlon (30.000 habitantes) asignaron 25.000 euros del presupuesto municipal para invertir en desarrollo sostenible. Los ciudadanos y las organizaciones locales tuvieron la oportunidad de presentar propuestas de proyectos y expresar sus opiniones sobre las ideas compartidas en la plataforma de la ciudad.

Tras una fase inicial en la que los ciudadanos compartieron sus ideas en la plataforma y en los buzones físicos, la ciudad reunió a un comité de funcionarios electos y ciudadanos elegidos al azar para evaluar la viabilidad de las ideas propuestas. Tras esta preselección inicial, se sometieron a votación pública 14 ideas.

Resultado| Al final de la fase de votación, surgieron 3 proyectos ganadores. La ciudad se encargó de ejecutar algunos proyectos (como la creación de un sendero de biodiversidad), y también se asoció con ciudadanos y organizaciones comunitarias para llevar a cabo otros (la ecologización de ciertos espacios municipales). Tras el éxito de esta primera iniciativa, Arlon puso en marcha un segundo presupuesto participativo en 2020, esta vez dedicado a proyectos que promueven la interacción social.

El presupuesto participativo como motor de la innovación en Rueil-Malmaison

Proyecto | El municipio francés de Rueil-Malmaison (78.152 habitantes), en la periferia oeste de París, puso en marcha en 2018 su plataforma de participación para dar voz a los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones. Rueil dio el pistoletazo de salida a su plataforma de participación digital con un presupuesto participativo a gran escala. En 2019, los ciudadanos tuvieron un mes y medio para presentar proyectos innovadores para la ciudad. Además de recoger ideas a través de la plataforma, el municipio también instaló urnas físicas en el Ayuntamiento, garantizando una verdadera inclusividad para los participantes con acceso limitado a las herramientas digitales. Todos los ciudadanos mayores de 16 años podían participar, siempre que pudieran demostrar su residencia en Rueil-Malmaison. Tras esta ronda de selección inicial por parte de Rueil-Malmaison, la comunidad tuvo dos semanas para votar por sus ideas favoritas: después de que cada ciudadano cumpliera con la identificación electrónica, podía votar por tres proyectos, según un sistema preferencial (la primera opción obtiene tres puntos, la segunda dos puntos y la tercera un punto). Los proyectos que obtuvieran más puntos se pondrían en marcha, potencialmente en cooperación con el iniciador de la idea.

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Un cartel de la campaña Rueil-Malmaison creado para el presupuesto participativo. Esta identidad visual fue coherente en todos los canales de comunicación del municipio.

Resultado | El presupuesto participativo fue un gran éxito: más de 30.000 participantes visitaron la plataforma y 156 ideas superaron el control inicial de la ciudad. Al final, la ciudad puso en marcha 8 proyectos sobre temas que van desde nuevos sistemas de iluminación ecológicos hasta el aumento de los espacios verdes en el centro de la ciudad.

El presupuesto participativo es una herramienta flexible que puede incluirse en muchos escenarios diferentes. Las propuestas de inversión pueden provenir de los ciudadanos, pero también de las asociaciones, los agentes privados o el sector público. Por lo tanto, el presupuesto participativo no debe percibirse como un medio para asignar presupuestos “superfluos” o “excedentes”. Es, sobre todo, una herramienta para tomar decisiones en el marco de un ejercicio presupuestario ilustrado y transparente.

Para más información sobre este tema, consulte nuestra guía práctica sobre presupuestos participativos, disponible gratuitamente aquí.