En marzo de 2021, el Presidente Biden firmó la Ley del Plan de Rescate Americano (ARPA), comprometiéndose a distribuir 350.000 millones de dólares a los gobiernos estatales y locales. En comparación con los paquetes anteriores, la ARPA ofrece a las ciudades y los condados más flexibilidad a la hora de asignar estos fondos, lo que ha suscitado debates en todo el país sobre la mejor manera de priorizar el gasto. 

Reflexión sobre las lecciones aprendidas

A medida que más gobiernos locales comienzan a crear planes de acción ARPA, hemos destacado los beneficios de utilizar estrategias de participación comunitaria para priorizar el gasto en recuperación.

  1. Las necesidades de la comunidad cambian rápidamente,  
  2. El COVID-19 afecta a algunas comunidades mucho más que a otras, y 
  3. Con presupuestos limitados y necesidades contrapuestas, es fundamental demostrar el impacto.

Estos fondos, junto con el Plan de Empleo Americano centrado en las infraestructuras, también representan nuevas oportunidades para reimaginar el futuro de las comunidades. Por primera vez en más de un año, los gobiernos locales pueden empezar a mirar más allá y a planificar un futuro posterior a COVID.

Un futuro más resistente, equitativo y basado en datos

Con tanto en juego, los gobiernos locales de todo Estados Unidos están utilizando estrategias de participación de la comunidad para priorizar sus gastos de recuperación. Esto ayudará a sus ciudades a ser más: 

  1. Resilientes, atendiendo a las necesidades de la comunidad a medida que se desarrollan;
  2. Equitativas, dando prioridad a los grupos más afectados por los efectos económicos y sociales de la pandemia; y
  3. Basadas en datos, utilizando la información de la comunidad para guiar la asignación del presupuesto por adelantado y para demostrar el impacto después.

En resumen, los gobiernos locales se encuentran en un punto de inflexión. En palabras de Milzy Carrasco, Directora de Participación Vecinal de la ciudad de Lancaster, la participación de la comunidad “ha pasado de ser algo que deberíamos hacer a algo que tenemos que hacer”, y es ahora una herramienta esencial para la toma de decisiones inteligentes y el liderazgo local.

Ciudades comprometidas en la práctica

He aquí tres formas en las que las ciudades pueden utilizar la participación de la comunidad para gastar de forma más inteligente, y ser más resistentes, equitativas y basadas en datos en el proceso: 

1. Las ciudades comprometidas son ciudades resilientes

El COVID obligó a las ciudades a actuar con rapidez y flexibilidad, y las que contaban con estrategias de participación tenían ventaja, pues ya conocían las necesidades de la comunidad y disponían de sistemas de comunicación para aprender sobre la marcha. A medida que la atención se desplaza hacia la recuperación, los dirigentes de las ciudades pueden ahora utilizar la participación para evaluar, aprender y prepararse para futuras crisis climáticas, económicas o de salud pública. 

Engage Carlisle logo

Una solución potencial: Las ciudades pueden crear un único centro en línea al que los residentes puedan acudir para obtener información actualizada y precisa. Este centro es cada vez más valioso cuando los residentes pueden aportar inmediatamente preguntas, comentarios e ideas específicas. En el caso de las ciudades más grandes, es fundamental alinear este centro con los recursos en línea existentes y crear un enfoque “sin puertas equivocadas”, lo que significa que los residentes pueden acceder fácilmente a la información que necesitan, independientemente del sistema inicial (o sitio web) que utilicen. 

Resiliencia en acción: En los primeros días de la pandemia, la Red de Acción Comunitaria (CAN) de Carlisle, Pensilvania (20.000 habitantes), se puso en marcha para gestionar la información y los recursos para aquellos que perdieron su trabajo o necesitaban alimentos o ayuda médica. La CAN, creada dos años antes en colaboración con el Dickenson College, pudo satisfacer rápidamente las necesidades de la comunidad porque ya contaba con la red y los conocimientos necesarios, y también podía ser creativa a la hora de afrontar nuevos retos. Por ejemplo, a medida que avanzaba la pandemia, la CAN movilizó a los estudiantes de informática de Dickenson para que ayudaran a las empresas locales a crear tiendas en línea. Desde entonces, Carlisle ha invertido en su propio centro de participación en línea, Engage Carlisle, y en la actualidad es finalista del premio All America City Award de la Liga Cívica Nacional. 

2. Las ciudades comprometidas son ciudades equitativas

El COVID golpeó con especial dureza a las comunidades de color. Los estadounidenses de raza negra y marrón han experimentado tasas mucho más altas de pérdida de empleo, así como de muerte y hospitalización. Las ciudades deben tener en cuenta estas disparidades en sus gastos de recuperación y diseñar estrategias de participación que den prioridad a las comunidades más necesitadas. 

Lancaster community poll screenshot

Una solución potencial: La participación equitativa en línea requiere en primer lugar que las ciudades reconozcan y evalúen sus propias brechas digitales y elaboren estrategias de divulgación específicas para las comunidades que quizá no estén ya en línea. Los responsables municipales pueden crear espacios virtuales dedicados a la participación de comunidades específicas en función de la demografía, los barrios o la afiliación a grupos locales. Estos espacios virtuales pueden incluir la participación en vivo (por ejemplo, reuniones periódicas en línea) o la participación asincrónica (por ejemplo, parte de una plataforma en línea existente). Este enfoque garantiza que toda la participación sea inclusiva y diversa, y permite a los líderes de la ciudad reconstruir la confianza y profundizar en los problemas a los que se enfrentan las comunidades ahora más marginadas.

La equidad en acción: Aunque es conocida por su población amish, el 40% de los residentes de Lancaster, Pensilvania (60.000 habitantes) son hispanohablantes, y la ciudad es la que reubica a más refugiados per cápita en Estados Unidos. Para dar a conocer su nueva plataforma de participación en línea, Engage Lancaster, los dirigentes de la ciudad lanzaron una campaña de divulgación multilingüe que incluía encuestas telefónicas y en papel (diseñadas conjuntamente con los residentes), anuncios de radio y folletos en papel con códigos QR incrustados para captar las opiniones e impulsar la participación en la plataforma. Como resultado, las comunidades tradicionalmente subrepresentadas comenzaron a utilizar la plataforma a un ritmo récord. A partir de este éxito, la ciudad está planeando proporcionar a los líderes de las comunidades minoritarias sus propios espacios en línea dentro de Engage Lancaster, donde pueden reunirse regularmente y coordinar las necesidades de su propia comunidad. 

3. Las ciudades comprometidas son ciudades basadas en datos

Después de que Sidewalk Labs de Google decidiera abandonar su trabajo en Toronto debido a las protestas de la comunidad, está claro que una ciudad sólo puede ser “inteligente” si sus dirigentes comprenden los deseos y necesidades locales. Con una estrategia de participación en línea desarrollada, los dirigentes municipales pueden tomar decisiones presupuestarias más inteligentes y basadas en datos, y medir y demostrar mejor el impacto a posteriori. 

Youth4Climate engagement platform

Una solución potencial: Una de las muchas ventajas de la participación en línea es la cantidad de datos hiperlocales y en tiempo real que produce. Mediante la creación de cuadros de mando para el seguimiento de las iniciativas de participación existentes y la incorporación de herramientas de Procesamiento del Lenguaje Natural (PLN) para analizar los comentarios, las ideas y las opiniones escritas, los responsables municipales obtienen un conocimiento detallado de dónde y cuándo hay que asignar el dinero. Luego, una vez que el dinero comienza a moverse, las ciudades pueden seguir participando tanto en general como en grupos y barrios específicos para evaluar y demostrar el impacto.

Datos en acción: En 2019, las protestas climáticas lideradas por los jóvenes surgieron en todo el mundo, presionando por una acción más drástica contra el cambio climático. En respuesta, los organizadores del grupo local de Bélgica lanzaron una plataforma de compromiso en línea en la que los jóvenes de todo el país podían compartir, debatir y votar sobre ideas y medidas políticas que querían ver. La plataforma tuvo un éxito abrumador, pero ahora los organizadores tenían un nuevo problema: demasiados datos. Necesitaban analizar y dar sentido a los miles de ideas y comentarios del movimiento, hechos en múltiples idiomas, en un corto período de tiempo. Para ello, los organizadores utilizaron herramientas de Procesamiento del Lenguaje Natural para identificar temas comunes y emergentes, lo que les ayudó a identificar 15 temas prioritarios para su posterior debate y eventual transformación en políticas. 

Planificación para el futuro

El año pasado, el COVID nos obligó a todos a pensar de forma diferente sobre el funcionamiento de los sistemas de gobierno local y a quiénes sirven. Este año, debemos adoptar el mismo enfoque abierto sobre el gasto de recuperación, especialmente a la luz del ARPA, y hacer que la comunidad participe en la conversación lo antes posible y con la mayor frecuencia posible. Esto garantizará que el gasto de la ciudad aumente la resiliencia y la equidad, y esté respaldado por datos. Y lo que es más importante, una sólida estrategia de participación de la comunidad reinstaurará el tan necesario sentido del “nosotros” a nivel local, generando beneficios a largo plazo y construyendo (y reconstruyendo) la confianza entre los gobiernos locales y sus residentes.